De forma general, se recomienda ir al fisio si notamos dolor o molestia que no mejora en 2-3 días y que condiciona o limita nuestra actividad deportiva o incluso actividades del día a día.
De manera más concreta, se recomienda acudir a tu fisio de cabecera si existe: – Dolor persistente, nocturno o que dificulta el sueño. – Pérdida de movilidad. – Pérdida de fuerza en determinados rangos del movimiento.
– Dolor que aumenta o persiste a lo largo de la actividad física.
– Dolor que mejora con el calentamiento pero vuelve al acabar el entreno o al mover cargas altas.
El fisioterapeuta será el profesional sanitario que mejor nos podrá evaluar, diagnosticar y tratar este tipo de disfunción. De este modo, podremos saber si el dolor se debe a una lesión real en alguno de nuestros tejidos (músculo, tendón, ligamento, …) o si se debe a que estamos sometiendo a un estrés demasiado alto alguno de ellos.
La fisioterapia es la profesión sanitaria más cualificada para tratar dolor o lesiones del sistema neuromusculoesquelético y que posee más herramientas para hacerlo de manera conservadora y con buenos resultados.
Tenemos en cuenta todos los factores que pueden influir en el desarrollo del dolor o de la lesión más allá de aspectos puramente mecánicos o de pruebas de imagen.
No tratamos patologías, tratamos personas con problemas y somos conscientes de ello. Toda lesión o dolor va a afectar, en mayor o menor medida, a nuestro nivel de estrés, preocupación o expectativas. Abordar estos aspectos, forma parte del tratamiento.
Para llegar a la fuente del problema nos basamos en el razonamiento clínico, el cual comporta un proceso riguroso de la obtención y gestión de la información, permitiéndonos ser lo más precisos posibles.
Los fisioterapeutas te podemos ayudar a recuperarte de tu lesión o dolor sin que tengas que dejar de realizar ejercicio físico. De hecho, entendemos la recuperación de las lesiones como “entrenar en presencia de dolor”.
Para ello, a parte de las técnicas que os podamos realizar en camilla, programamos ejercicio terapéutico con las regresiones y progresiones que hagan falta para ir avanzando en la lesión y poder ir generando los cambios que necesitamos en la fuerza, movilidad o en la tolerancia de los tejidos. Lo monitorizamos con un control de las cargas del entrenamiento y de los diferentes parámetros como la intensidad, el volumen, la frecuencia o el dolor.
Todo esto, lo aplicamos gracias a una valoración completa y toma de datos previas para saber dónde y cómo debemos actuar para obtener las mejoras que queremos.
Para que tengáis seguridad cuando entrenéis por vuestra cuenta, os podemos dar herramientas para adaptar vosotros mismos los ejercicios y saber hasta dónde podéis llegar.
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